La Congregación del Santísimo Redentor fue la respuesta de San Alfonso a la llamada de Jesús desde los pobres.
El año 1730, Alfonso se sintió agotado del trabajo misionero que desarrollaba en Nápoles, por aquel entonces la tercera ciudad más grande de Europa. Los médicos le obligaron a guardar reposo y a respirar el aire limpio de la sierra. Con un grupo de compañeros se dirigió a Scala, en la “Costa Divina” de Amalfi, con la mar turquesa y encendida de luz. En lo alto se encontraba el santuario de Santa María de los Montes, un lugar delicioso para el descanso y para la contemplación junto a la Madre del Señor: altura, belleza, y, al fondo, el mar…
CONTENIDOS
CLIC EN LA IMAGEN PARA IR