Desde la madriguera
Estoy acojonado aquí en mi madriguera que es mi piso, como un conejo desnortado…
-Está ocurriendo una auténtica conmoción en el mundo por obra y gracia de un virus devastador que está expandiéndose dejando un reguero de muerte, ruina y angustia cumpliéndose así algunos vaticinios como éste de Stephen Hawking:
“La vida en el planeta está seriamente amenazada , puede ocurrir una guerra nuclear, un virus manipulado que borre todo rastro humano o el calentamiento global se dispare…”
Cualquiera de estas amenazas está latente o ya presente : existen locos dispuestos a lanzar bombas nucleares, el calentamiento de la Tierra hace ya estragos , y este maldito virus que padecemos nos está diezmando…
-No sabemos el origen de esta pandemia, si es algo natural y fortuito o hay una mano criminal tras él, como tampoco conocemos lo que nos deparará el futuro próximo: en muy corto tiempo se nos ha cambiado la perspectiva, la seguridad e intuímos que ya nada volverá a ser igual. Esta epidemia nos ha igualado en el riesgo, de momento nadie es inmune al temible bicho aunque los pobres y desvalidos pagarán una factura mayor.
-Se muere gran parte de la generación que más ha sufrido, los que de niños soportaron una guerra o una posguerra difícil y penosa, que carecieron de casi todo y sobre sus espaldas se forjó la reconstrucción de este país, que vivieron más por sus hijos que por ellos mismos y se van sin poderles siquiera dar un abrazo de despedida.
-De repente los invisibles se han hecho visibles, hemos comprobado que los verdaderos héroes son aquellos a los que teníamos olvidados. Hasta ahora la visibilidad se la hemos dado a políticos, banqueros, deportistas, a los triunfadores en general…pero desde ya, han saltado al escenario de lo que importa, la vida y la solidaridad , los trabajadores de la sanidad, de la seguridad , de la limpieza, de la alimentación etc… y todos ellos, como ángeles protectores, están en la trinchera con alto riesgo personal y hasta de sus vidas….
-Pero lamentablemente, la desgracia no nos vuelve más racionales ni nos enseña lecciones y como en todas las tragedias, hay sujetos que se sirven para sacar beneficio: son los carroñeros que trafican con el dolor, el odio o el miedo bien para ganar votos en su caza de brujas y en un ejercicio infame del “cuanto peor, mejor”,para sacar provecho económico en material médico o simplemente conjurar el miedo ante la vecindad de trabajadores comprometidos con nuestra salud que podrían contagiarle el virus, y todo ello sin respetar a los que pierden la vida y a sus allegados, ni a los que la arriesgan curándonos y a toda la sociedad que sufre esta devastación, ¡Malnacidos!, y es que esta crisis está sacando lo mejor de nosotros pero también lo peor.
-Todo lo que nos está ocurriendo debería agitarnos las conciencias para cambiar las cosas: la Tierra es demasiado frágil ante los graves riesgos que soporta ya como para que sigamos atentando contra ella: ¿No será esta pandemia un aviso antes del desastre climático universal ?. Naturaleza y humanidad somos interdependientes a la vez que supervivientes de un mundo en extinción, y solo nos salvaremos todos si salvamos el planeta, a nuestros vecinos, a los más necesitados …eliminando las desigualdades salvajes que nos enfrentan porque las catástrofes, sean naturales o por pandemias víricas, como la que padecemos ahora, no respetan a nadie, ni por estatus social, raza o nacionalidad. Es inútil poner muros de separación porque
TODOS VIAJAMOS EN EL MISMO BARCO
Fernando Alvarez..